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Orando a María Auxiliadora

Enséñame, oh María Auxiliadora, a ser dulce y buena en todos los acontecimientos de mi vida; en los engaños vividos, en la falta de cuidado de los demás, en la falta de sinceridad de aquellos en los que creía, en la deslealtad de aquellos en los que confiaba. Ayúdame a olvidarme de mí mismo para pensar en la felicidad de los demás; a ocultar mis pequeños sufrimientos de tal manera que soy el único que los sufre. Enséñame a beneficiarme de mis sufrimientos, a usarlos de tal manera que me ablanden y no me endurezcan o amargen; que me hagan más paciente y no irritable; que me hagan generoso en mi clemencia y no estrecho y despótico. Orando a María Auxiliadora Que nadie sea menos bueno, menos amable, menos noble ni menos santo por haber sido mi compañero en este viaje hacia la vida eterna. Amén Santísima Virgen María que fue constituida por Dios como Auxiliadora de los Cristianos, te elegimos como Señora y Madre de esta casa, y te pedimos que nos muestres tu poderoso auxilio, pre

Oraciones a Inmaculada Virgen María

Oh Santísima e Inmaculada Virgen María, nuestra más tierna madre y poderosa Auxiliar de los cristianos! Nos consagramos enteramente a tu dulce amor y a tu santo servicio. Te consagramos nuestra mente con sus pensamientos, nuestro corazón con sus afectos, nuestro cuerpo con sus sentidos y todas sus fuerzas, y prometemos actuar siempre para la gloria de Dios y la salvación de las almas. Tú, pues, Virgen incomparable, que has sido siempre Auxiliar del pueblo cristiano, continúa por la piedad, sobre todo en estos días. Humillar a los enemigos de nuestra religión y frustrar sus intenciones perversas. Ilumina y fortalece a los obispos y sacerdotes, siempre unidos y obedientes al Papa, maestro infalible. Preservar a los jóvenes incautos de la irreligión y del vicio; promover las vocaciones y aumentar el número de ministros para que, a través de ellos, el Reino de Jesucristo se conserve entre nosotros y se extienda hasta los confines de la tierra. Oraciones a Inmaculada Virgen María Te s

Oraciones para Cristo

Cristo mismo es el camino. Por eso dice: Yo soy el camino, que tiene una explicación muy verdadera, porque por Él tenemos acceso al Padre. Además, como este camino no está lejos de su fin, sino que está unido a Él, añade: La Verdad y la Vida; y así Él mismo es tanto el camino como su cumplimiento. Él es el camino según su humanidad; su cumplimiento según su divinidad. En este sentido, como hombre, dice: Yo soy el camino; como Dios, añade: la Verdad y la vida: dos expresiones que indican adecuadamente el cumplimiento o la meta de este camino. Oraciones relacionadas: Orar mucho Oraciones para Cristo En efecto, la culminación de este camino es la satisfacción del deseo humano, y principalmente el hombre desea dos cosas: primero, el conocimiento de la verdad, que es específicamente suya; segundo, la prolongación de su existencia, que comparte con todos los demás seres. Ahora, muy bien: Cristo es el camino para llegar al conocimiento de la verdad, con todos y con quien Él mismo es la